El objetivo de la organización es tener una competición basada en el juego limpio y la deportividad.
Se impondrán duras sanciones a todos aquellos jugadores, equipos o acompañantes que alteren el buen funcionamiento de la competición, e incluso se reserva el derecho de expulsarlos del torneo.
El comportamiento de los acompañantes de los equipos es responsabilidad de los equipos que acompañan, y no se les permite entrar al terreno de juego.
La participación en actos violentos, peleas u cualquier otro tipo de agresión puede llevar a la expulsión definitiva de un jugador o equipo participante.
Si un jugador se dirige al árbitro o a un contrario con expresiones ofensivas o de menosprecio, será sancionado.